
Se sabe que el desayuno, es la comida más importante del día. Sin embargo, muchas personas no le dedican el tiempo y la atención suficiente, o incluso se lo saltan, sin saber que de este modo están desencadenando una verdadera y propia reacción en cadena, realmente poco saludable. ¿No te lo crees? Desubre lo qué sucede si se altera el ritmo natural del propio cuerpo.
He aquí un día normal de Carla, que habitualmente se salta el desayuno.
Círculo vicioso.
- El despertador en retraso, la prioridad de los hijos o simple pereza, Carla sale de casa sin haber metido nada en el estómago. Tal vez piensa que pueda perder algún kilo más rápidamente, pero no sabe que su comportamiento aparentemente inocuo afectará su día entero.
- De hecho sobre las 10:00, justo en medio de una reunión importante en la oficina, Carla empieza a sentir pesadez en la cabeza, la vista casi nublada, ruidos en su estómago cada vez más fuerte ... Tan pronto como puede, se apresura a la máquina expendedora para saciar de alguna manera ese hambre repentino e incontrolable ... "Qué podrá hacerme una merienda dietética, quizás dos, y un café ... y además he saltado el desayuno, ¡no engordarè!"
- ¡Se activa una cadena destinada a terminar sólo en la cena! De hecho en el almuerzo, se siente todavía en el estómago el peso del snack engullido ... y en la conciencia. Y así, o por falta de apetito, o por sentimiento de culpa, para Carla el almuerzo en lugar de ser un momento de tranquilidad satisfactoria, alimentación saludable y satisfacción relajante, se reduce a la ingesta de alguna hoja de ensalada. Por no hablar de los lugares donde hace el almuerzo, muy a menudo por motivos de trabajo en el bar o en un fast food, que de hecho convierten este momento importante del día en una comida rápida y poco saludable.
- Por la tarde tal vez se escapa otro aperitivo para tapar el agujero de la hoja de ensalada. O quizás le queda una sensación de malestar y somnolencia causada por los bocadillos y alimentos muy “fast” y poco “food”.
- Así la cena se vuelve el momento en el que Carla espera poder aprovechar el primer y único momento del día para poder comer lo que quiere sin prisas. Siempre que, cansada del dia lavorativo o por necesidad, no decida comer de nuevo fuera de casa. Todo este círculo vicioso, la lleva a consumir de manera inmoderata por la noche durante la cena, cualquier alimento que encuentre, comiendo por tanto de todo en una manera seguramente no equilibrada.
¿El resultado de empezar un día saltando el desayuno?.
Una alimentación incorrecta y la peligrosa posibilidad de un aumento de peso con la consolidación de este hábito poco saludable.
¿Qué puede hacer Carla para mejorar su dieta diaria?.
Comenzar por la base: ¡iniciar con el desayuno!
Con un poco de empeño se despertará un cuarto de hora antes para poder incorporar en su rutina diaria esta comida fundamental.
Esto le permitirá llegar al almuerzo sin recurrir a alimentos poco saludables, consumiendo una comida equilibrada y adecuada, y si está fuera de casa, buscando aquellos locales que ofrecen una amplia variedad, o preparando su plato favorito directamente en casa, llevándoselo con ella.
Así por la noche se sentará a la mesa seguramente con dos momentos de su día muy satisfactorios y ¡ no tendrá la necesidad de comerse el frigorífico entero!
Como decir ... un buen día se ve desde por la mañana ...¡incluso en la mesa!